jueves, 26 de abril de 2012

Ahí está el Norte.

Ya van a ser tres las semanas que llevo sin unas muletas, ya van a ser tres las semanas en las que he podido volver a sentirme algo más libre, más tranquilo, más ágil. Ya van a ser tres las semanas en las que parece que todo, exceptuando algunos matices, vuelve a la normalidad.


Vuelvo a ver a mis amigos cuando puedo y quiero, vuelvo a salir a la calle sin tener nada que me rodee los brazos y sujete mis manos, vuelvo a salir a la calle un día cualquiera mirando a todos lados sin miedo a tropezarme con nada, vuelvo otra vez a ver el mundo tal y como estaba antes, pero a la vez, con otros ojos.


Siguen los mismos problemas de siempre: 
"no encuentro una chica especial, no consigo trabajo, casi no tengo dinero para mi ocio y disfrute, siento unas sensaciones extrañas en mí cada vez que veo unas fotos"...
Pero al menos, ahora todo lo veo con otros ojos, porque he podido valorar lo ínfimamente grande que puede ser salir a dar un paseo o poder ver a tus amigos sin tener que llamarlos, poder andar de aquí para allá sin necesitar que nadie me lleve o me traiga.


Vuelvo otra vez a hacer deporte, no de la misma forma, porque aún no estoy recuperado, pero sí con la misma gente que, por lo que me demuestran, soy una persona "admirable" para ellos.


Me han dicho ya varias personas que mire hacia atrás, que mire mi pasado y valore bien todo lo ocurrido, todo lo que me ha sucedido, todo cuanto he vivido. Yo, sólo veo errores, errores y equivocaciones de las cuales he aprendido, sí, pero que no dejan de ser más que eso, errores del pasado.
Me dicen que me sienta orgulloso, que me sienta orgulloso de todo lo que he conseguido, de todo lo que me ha tocado y he superado, de las cosas buenas que tengo y he ido teniendo pero, sólo veo errores, errores y equivocaciones.


Pero parando y valorando cada situación, cada error y equivocación, lo estoy, estoy orgulloso de saber dónde estoy, de saber cómo estoy y sobre todo, de saber quién soy y en lo que me he convertido. Todos nos arrepentimos siempre alguna vez de algo y he de decir que sí, es verdad, me puedo llegar a arrepentir de esa noche, de haber decidido ir por esa carretera y de haber ido tan rápido en esa curva, pero no me arrepiento del todo, porque gracias a haber decidido ir por esa carretera y de haber ido tan rápido en esa curva, ahora sé que no todo es tan "fácil" y que todo lo que llegamos a construir, se puede ir al infierno en cuestión de segundos.


Puedo sentirme orgulloso de saber dónde estoy, porque he llegado aquí gracias a mí, gracias a mis equivocaciones y errores, gracias a que he sabido actuar en cada uno de ellos a mi manera, sabiendo que si volvía a equivocarme no me detendría nada ni nadie, como también sabría que si salía bien, seguiría adelante para poder conseguir lo que más deseaba en su momento.


Puedo sentirme orgulloso de saber cómo estoy, porque he aprendido a observar a los demás, pero sobre todo, a observarme a mí mismo y saber valorarlo todo, sea grande o pequeño, sea una crítica buena o mala, sean insultos o sean halagos.


Puedo sentirme orgulloso, sobre todo, de saber quién soy, porque he llegado a apreciarme tal y como no me ve nadie y saber cuáles pueden llegar a ser mis defectos, (sin conocerlos todos ellos) y actuar de manera que pueda dominarlos, saber cómo actuar y de lo que soy capaz, sabiendo que todo pasará y que todo llegará, teniendo paciencia y mirando siempre hacia adelante, nunca hacia atrás, si no es necesario para valorar, como en este caso, las situaciones vividas.


Llegado a este punto, puedo estar seguro de ciertas cosas sobre mí, aunque no al 100%, dado que todos tenemos errores y nunca sabremos cómo vamos a actuar respecto a ciertas circunstancias, puedo decir que, aunque otros estén totalmente seguros sobre mí, yo nunca lo estaré y nunca me consideraré mejor que otra persona ni mayor capacitado que otro, porque al igual que yo soy humanos, los demás también lo son y pueden llegar a conseguir lo que yo estoy consiguiendo.


Veo a mi alrededor a la gente, cómo me habla, cómo me pide consejo o cómo se divierten conmigo. Me llaman fenómeno, me dan las gracias por ayudarles y me llaman gracioso, pero no merezco ningún halago, como tampoco merezco ninguna aprobación ni nada por el estilo para seguir haciendo lo que hago.


Me hace feliz ayudar a otra gente como pueda, de la forma que sea y no voy a cambiar eso, soy feliz practicando el deporte que practico y aunque me cueste tiempo, volveré a ser quien era antes, respecto al deporte me refiero, y no voy a cambiar eso, como tampoco dejaré que las cosas que me pasan hagan que cambie mi forma de pensar, como tampoco dejaré que todo esto se me suba a la cabeza.


Seguiré teniendo problemas, seguiré teniendo días malos y días aún peores, como también seguiré cayendo, pero lo realmente importante, no será que me quedaré parado, sino que me levantaré las veces que me caiga, lucharé por estar feliz siempre que los días sean más negros que la noche y también seguiré sin huir de los problemas que tenga y me enfrentaré a ellos como quien se enfrenta a una lucha.


Seguiré teniendo miedo, es algo irremediable, pero eso no hará que me de media vuelta y me marche, no, el miedo me ayudará a saber que aunque me cueste, aunque no pueda reaccionar, no me moveré de ahí pase lo que pase porque siempre tendré una cosa bien clara: 


"Ahí está el Norte, si te propones algo, lucha y no pares hasta haberlo conseguido, levanta y a por ello."

domingo, 15 de abril de 2012

Vida, continuo cambio.


La vida es un continuo cambio, un continuo movimiento de sensaciones, experiencias y comunicaciones, informaciones, situaciones y barbaridades. La vida no espera, no se queda parada por nada ni por nadie y es por eso por lo que creo que cambiamos, porque no espera, porque las situaciones hacen más mella que un simple rasguño en un alma con armadura incluida, hace que actúes de diferente forma ante diferentes situaciones, hace que veas la vida del color que te lo pintan desde pequeño, del color que dejas que te digan que tienes que ver.


Las personas estamos en constante cambio, en constante evolución, a veces para bien, otras para mal, pero siempre cambiamos, porque tenemos la capacidad de pensar, de reaccionar, de decidir lo que queremos o no hacer, lo que dejamos que pase o la forma en que nos acostumbremos a asumir las consecuencias de los resultados de un mísero detalle de un problema de álgebra.


¿Por qué nos negamos tanto el que no cambiamos?¿Por qué no admitimos cosas que ven otros, que a lo mejor, nosotros, al estar dentro de nosotros mismos, por eso mismo, no vemos?
Deberíamos de aprender a abrirnos más a diferentes puntos de vista, a aceptar, aunque no entiendas, cómo te ven o qué piensan los demás y al igual, dar tú, tu punto de vista de la mejor forma posible, porque que te digan algún defecto, no tiene que ser síntoma de que te estén acusando o razón para meterse contigo. Razónalo, piénsalo detenidamente y piensa que a lo mejor, puede ser una crítica para que tú puedas cambiar hacia mejor, hacia algo mejor como persona.


Creo que, por mucho que digamos, no nos quitamos las venas de los ojos, nos llegamos a acostumbrar a cosas sin sentido, y en cuanto hay unos cambios, unos cambios algo notables que nos pillan en un imprevisto, nos asustamos tanto que reaccionamos de una forma un tanto extraña, incluso llegando a imaginarnos, algunas veces, cosas sin sentido y llegando a decir cosas bastante malas sobre otra gente, sin percatarnos en que nosotros también tenemos problemas, también tenemos defectos que nos hacen ponernos en situaciones comprometidas.


Tenemos el don de pensar, de la inteligencia, de actuar de forma adecuada en cada situación insospechada, de reflexionar cada cosa que ocurre y observar que a lo mejor no puede ser tan simple como lo primero que se nos pase por la cabeza.
Estamos en continuo cambio, siempre, a todas horas, porque somos humanos, porque somos animales y porque nos afecta cada situación vivida, cada sensación sentida, cada sentimiento notado, cada persona conocida, cada día vivido y cada amor superado. Tenemos que aprender a ver diferentes puntos de vista y no obcecarnos en pensar y desarrollar diferentes pensamientos con el primer problema que veamos, con el primer cambio en nuestra rutina.


Habrá diferentes cambios, unos rápidos, de un segundo para otro, otros largos, tardarán en efectuarse, de un mes para otro, incluso pudiendo ir a peor. Tenemos que admitir que nos afecta todo, tenemos que aprender a observar más allá de nuestras narices, más allá de una simple cara bonita o un culo respingón, ver más allá de unos simples traspiés que pueden tener unos, como también unos simples detalles que pueden tener otros.


Tenemos que aprender demasiadas cosas los unos de los otros, pero jamás se podrá hacer si seguimos comparandonos con los demás, si seguimos mirando al que creemos inferior por encima del hombro, poniendo escalones y muros altos a quienes no entienden nada. En vez de tanta ignorancia, de tanto cabreo por un cambio, aunque importante, un cambio al fin y al cabo que, más adelante, con el paso del tiempo, se acabará arreglando, como la situación vivida, la sensación sentida, el sentimiento notado, la persona conocida y el amor superado. No nos neguemos, no nos cerremos tanto en nuestro interior y veamos sólo lo malo, no nos callemos las cosas si están pasando, no pensemos en las cosas malas de los demás y aprendamos de las virtudes dela gente externa, de tus compañeros de cada día, de tus amigos, porque para eso están, para aceptarles tal y como son, porque siempre habrá problemas y siempre estarán ahí, al igual que tú siempre te encontrarás problemas a la vuelta de cada esquina recorrida.


Aprendamos más a escuchar nuestro interior, a ser más pacientes y menos egoístas y divirtámonos como los niños que una vez fuimos para reír como los niños que queramos ser de mayores.

martes, 10 de abril de 2012

-Amor-

¿No le damos demasiada importancia al amor?¿No hacemos que el cuerpo lo necesite demasiado?¿Por qué?¿Qué tiene el amor que nos hace tan felices, tan irreconocibles?¿Qué tiene que nos hace cambiar por una persona que podemos acabar de conocer o que llevamos toda la vida conociéndola?


¿Tan insoportable es vivir sin esa mirada que tiene, sin esas caricias que sólo esa persona te sabe dar, sin esos besos que sólo de pensarlo hacen que te derritas de emoción, de entusiasmo? ¿Tan aferrados estamos al amor como para no poder vivir sin él, sin esa persona que te haga levantarte con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que sólo ella te ama tanto como tú a ella?


Necesitamos tanto sentirnos importantes, sentirnos queridos y amados.... Necesitamos tanto sentirnos comprendidos por una sola persona... Que sólo ella sepa ver a través de tus ojos lo que otros no ven ni aunque se lo expliques....


Qué locura esto del amor, ¿no?.
Tan pronto estás disfrutando de tus colegas, riéndo, haciendo todo lo que te gusta, todo lo que te apasiona, y de repente, sin saber cómo, una persona nueva entra en tu vida sin permiso y te la descoloca. 


Empiezas a hablar demasiado, a compartir cosas que muy pocas personas saben, que sólo las más allegadas conocen de ti, y se lo cuentas porque sí, porque te parece correcto, sin darte cuenta que estás entregando una parte de ti a una persona que hace nada, hace cuestión de días, apenas conocías. Sientes cómo algo en tu cerebro te da placer cuando hablas con ella, cuando piensas en ella, cuando imaginas una tarde tomando el sol, hablando o paseando por un parque los dos solos, sientes cómo una especie de hormigueo placentero te sube por la espalda al oír su nombre, aunque no estén hablando de ella, sientes cómo algo en el estómago te hace sentirte extrañamente bien y sospechosamente feliz, sólo al ver que amanece un nuevo día, que los rayos de sol entran por la ventana y sólo una persona está en tu cabeza en ese instante.


Comienzas un nuevo día, planeando, pensando miles de conversaciones para con esa persona que en cuestión de días, se ha vuelto tan especial para ti, y piensas, y ríes por lo que se te ocurre, y sigues con tus planes, mientras haces tus cosas, tu casa, tu habitación o vas a trabajar. Llegas de mejor humor a clase o al trabajo, la gente te mira extrañada, porque no eres el mismo que hace una semana, porque se te nota en la cara algo diferente que hace que todo el mundo se fije en ti, en tu expresión, en tu ritmo de trabajo que, casualmente, por esa felicidad sospechosa, ha aumentado.


Vuelta al hogar de nuevo, y sigues con esa cosa en la cabeza, estómago, espalda, brazos y piernas, algo que hace que te sientas estupendamente y bailas con el perro, lo abrazos, lo acaricias y besas, lo muerdes y lo sacas a pasear, más feliz que de costumbre, mirando al cielo, pensando en que nunca te habías fijado en él, y en que, casualmente, sin darte cuenta, ya has andado más de lo normal de lo que solías andar con tu perro, y empiezas a pensar más extrañamente en qué te ocurre, en qué te sucede.


Y cuando llegas a casa y suena tu teléfono móvil, sólo esperas que sea una persona, y es ahí cuando ya descubres esa...sorprendente noticia, que por una parte es magnífica, y por otra puede ser un auténtico desastre, y empiezas a pensar en otras cosas, desalentadoras, pesimistas y muy poco positivas.


Y es ahí cuando yo pienso: -¿Por qué no disfrutar de esa felicidad que tienes tan extraña?¿Por qué no seguir disfrutando sin pensar en esas cosas que te quitan esa felicidad?¿Por qué te vas a deprimir por algo que quizá no vaya a ocurrir nunca?
No es tan difícil dejarse llevar por las emociones, y mucho menos, ser feliz. 


Dado que, por mucho que pensemos en charlas, conversaciones, formas de decir "te quiero" y "te amo", declaraciones y miles de formas de decir lo mucho que amas a esa persona, no te van a salir esas mismas palabras ante ella, ¿por qué amargarse por una posible contestación?
Disfruta de esa sensación de felicidad, aprende a improvisar más y planear menos, sé más emocional e intuitivo y disfruta de esa sensación de felicidad causada por químicas del cerebro al oír su voz, su nombre y al hablar con ella.


El amor no deja de ser el peor sentimiento del mundo, pero a la vez, el más maravilloso y el que más efectos placenteros te dará a lo largo de tu vida.


Dependemos tanto de él, como lo aborrecemos en ciertas situaciones. 
Por eso, ten en cuenta una cosa:
"El tiempo no esperará por ti, como tampoco tú serás capaz de volver atrás en el tiempo, así que, disfruta de toda la felicidad, aprende todo lo que puedas de los amores conocidos y exprime todo el amor en cada persona que conozcas." "Nunca sabrás cuándo podrás volverte a enamorar y tampoco sabrás si hoy será el día en que el tren se pare en esta estación para recoger a otras personas."


Sigue riendo, sigue hablando, saliendo y disfrutando de todo, sigue a tus amigos, como ellos también te seguirán a ti y sin darte cuenta, cuando ya hayas dejado de buscar a esa chica especial, a esa persona única para ti, será cuando aparezca, será cuando se de a conocer, y habrá estado esperando todo este tiempo a aparecer ante ti para que tú supieras que era ella, que ella era esa persona especial, esa única persona que sabrá, sólo con una sonrisa, sacarte los colores y entender lo que te ocurre con mirarte a los ojos. 


Así que, no tengas prisa, no maldigas al tiempo por ir demasiado lento, ni a Cupido por confundirse con sus flechas, porque en realidad, sólo nos está ayudando a ser mejores con nuestras emociones, sólo nos está ayudando a comprenderNOS mejor, a apreciar las sensaciones, los sentimientos y las personas especiales mejor.


Sé paciente y como dijo una persona muy especial para mí:


(:"Sonríe, nunca sabrás quién se puede enamorar de esa sonrisa.":)

lunes, 2 de abril de 2012

Feliz recuerdo, recuerdo feliz.

Otro día más y más, otro día, con sus 24 horas, con sus noticias y sus oportunidades, su gente nueva, gente vieja, gente falsa y gente de corazón, gente buena, gente mala y gente, en definitiva.


Otro día más para saber cosas, recordar cosas, como el olor de cuando está empezando a llover, de cuando esa humedad que hay en el ambiente te lleva a ciertos años atrás vividos y por un momento, cierras los ojos mientras el agua te cae en la cara, imaginándote allí, junto a ese asiento en tu rincón favorito de tu viejo pueblo, de tus amigos y amigas, de tu gente favorita, de tus héroes, al fin y al cabo.
Recordando ciertas experiencias ya pasadas, con errores cometidos en ese verano tan ideal, tan magnífico que fue para ti, recordando esas tardes de ese verano, esas noches de luna llena, de aullidos silenciosos deseosos de salir por un pequeño vórtice rodeado de dos pequeñas latas de cerveza junto a esa chimenea y unos pequeños frutos secos para picotear mientras observas esas estrellas e intentas imaginar qué poder sería el más guai y qué sería lo mejor para uno mismo, si el amor o la capacidad de conseguir hacer feliz a la gente.


Recordando con olores un Verano, sin duda casi olvidado por problemas adyacentes. Cómo una sola persona, inesperada, pero adecuada en su momento, cambia totalmente tu esquema de la vida, de tu impresión superior de las personas, de los hombres y mujeres, de sus maneras de actuar, cómo comprender y a la vez no entender, cómo mirar a través de unos ojos, incompletos, confiados, tranquilos y hermosos a una persona tal y como es, antes que una bella máscara de piel tenue a la luz de una luna llena en el techo de un lugar casi imposible de alcanzar por unos cuerpos tan pequeños y frágiles.


Sentir los recuerdos de ese olor a Verano, a pueblo viejo y vejez tan fuerte y sabia como puede llegar a ser el olor de las magdalenas de las 10:00 de la mañana de tu madre mientras te levantas a toda prisa esperando que quede alguna antes de que tu padre y tus hermanos se las hubiesen acabado para el desayuno que tenías pensado comer tan pacientemente...


Hoy, creo que por un instante, no he sido yo, como si hubiese estado ausente por un instante mirando al cielo, dejando mojarme la cara y observando mi interior, la paz que he llegado a conseguir y recodar la de veces que me dijo: -"Mantén siempre una sonrisa, dado que nunca sabrás quién podrá enamorarse de ella".
Tantas veces me lo repitió esa frase y nunca llegué a entenderla, cómo alguien podría ser tan feliz viendo a otra gente sonreír, cómo una persona mirando a otra, esbozaba una sonrisa sin lugar a duda, real y admirable, cómo estando a su lado te invadía una felicidad que daban ganas de saltar y bailar, aunque no supiera y diera miles de patadas a mi pareja de baile preferida.


-"¿Sabes?, tampoco creo que sea tan difícil que las personas consigan todo lo que quieran, todo lo que desean, sólo que no saben ni lo que quieren, ni lo que desean. Te hablo de fuerza de voluntad, de luchar por lo que quieres y deseas, estés o no equivocado, conseguir lo que creas que es bueno para ti".


-"Luchar por lo que quieres, sin miedo a la represalia, porque te podrán quitar todo, menos la esperanza y las ganas de luchar por algo mejor."


Nunca paraba, siempre repetía las mismas cosas, siempre feliz, con sus ojos brillantes y totalmente convencida de que el mundo estaba equivocado, pero capaz de poder sanarse sólo escuchando a los ancianos y a las nuevas generaciones, capaz de curarse con algo tan simple como: "más medicina y menos armas", como: "más campos de arroz y de trigo y menos vallas de opresión y represión".


Sin duda, hoy, por unos míseros instantes, me hice más feliz por recordar (la) situación en la que estaba, estoy y estaré, sin duda me hago más feliz a cada día que pasa, cada experiencia vivida, cada palabra escrita, sin cada "muro y obstáculo salvado", porque sin esas pequeñas cosas, necesarias a la vez que improvisadas son las que te hacen ver que la vida no es tan mala como piensas, no está tan mal, si sabes cómo llevarla en el bolsillo derecho del pantalón ancho y roto que usas para recorrer tu vida en un camino inexplorado que no para, hasta el final.


Hoy, durante dos minutos, recordé mi mejor momento en mi vida, mis recuerdos y sensaciones pasadas, casi olvidadas por problemas adyacentes en un momento en el que creo que puedo decir, nadie de mis allegados ha vivido, pero todos están viviendo conmigo. 


Después de esos dos minutos, quieto, descansando mis hombros y antebrazos, volví a abrir los ojos, miré las escaleras y continué subiendo las mismas agarrando las muletas, pero con una sonrisa en la boca, por recordar(la), por oler.....la entrada del Verano....