domingo, 15 de abril de 2012

Vida, continuo cambio.


La vida es un continuo cambio, un continuo movimiento de sensaciones, experiencias y comunicaciones, informaciones, situaciones y barbaridades. La vida no espera, no se queda parada por nada ni por nadie y es por eso por lo que creo que cambiamos, porque no espera, porque las situaciones hacen más mella que un simple rasguño en un alma con armadura incluida, hace que actúes de diferente forma ante diferentes situaciones, hace que veas la vida del color que te lo pintan desde pequeño, del color que dejas que te digan que tienes que ver.


Las personas estamos en constante cambio, en constante evolución, a veces para bien, otras para mal, pero siempre cambiamos, porque tenemos la capacidad de pensar, de reaccionar, de decidir lo que queremos o no hacer, lo que dejamos que pase o la forma en que nos acostumbremos a asumir las consecuencias de los resultados de un mísero detalle de un problema de álgebra.


¿Por qué nos negamos tanto el que no cambiamos?¿Por qué no admitimos cosas que ven otros, que a lo mejor, nosotros, al estar dentro de nosotros mismos, por eso mismo, no vemos?
Deberíamos de aprender a abrirnos más a diferentes puntos de vista, a aceptar, aunque no entiendas, cómo te ven o qué piensan los demás y al igual, dar tú, tu punto de vista de la mejor forma posible, porque que te digan algún defecto, no tiene que ser síntoma de que te estén acusando o razón para meterse contigo. Razónalo, piénsalo detenidamente y piensa que a lo mejor, puede ser una crítica para que tú puedas cambiar hacia mejor, hacia algo mejor como persona.


Creo que, por mucho que digamos, no nos quitamos las venas de los ojos, nos llegamos a acostumbrar a cosas sin sentido, y en cuanto hay unos cambios, unos cambios algo notables que nos pillan en un imprevisto, nos asustamos tanto que reaccionamos de una forma un tanto extraña, incluso llegando a imaginarnos, algunas veces, cosas sin sentido y llegando a decir cosas bastante malas sobre otra gente, sin percatarnos en que nosotros también tenemos problemas, también tenemos defectos que nos hacen ponernos en situaciones comprometidas.


Tenemos el don de pensar, de la inteligencia, de actuar de forma adecuada en cada situación insospechada, de reflexionar cada cosa que ocurre y observar que a lo mejor no puede ser tan simple como lo primero que se nos pase por la cabeza.
Estamos en continuo cambio, siempre, a todas horas, porque somos humanos, porque somos animales y porque nos afecta cada situación vivida, cada sensación sentida, cada sentimiento notado, cada persona conocida, cada día vivido y cada amor superado. Tenemos que aprender a ver diferentes puntos de vista y no obcecarnos en pensar y desarrollar diferentes pensamientos con el primer problema que veamos, con el primer cambio en nuestra rutina.


Habrá diferentes cambios, unos rápidos, de un segundo para otro, otros largos, tardarán en efectuarse, de un mes para otro, incluso pudiendo ir a peor. Tenemos que admitir que nos afecta todo, tenemos que aprender a observar más allá de nuestras narices, más allá de una simple cara bonita o un culo respingón, ver más allá de unos simples traspiés que pueden tener unos, como también unos simples detalles que pueden tener otros.


Tenemos que aprender demasiadas cosas los unos de los otros, pero jamás se podrá hacer si seguimos comparandonos con los demás, si seguimos mirando al que creemos inferior por encima del hombro, poniendo escalones y muros altos a quienes no entienden nada. En vez de tanta ignorancia, de tanto cabreo por un cambio, aunque importante, un cambio al fin y al cabo que, más adelante, con el paso del tiempo, se acabará arreglando, como la situación vivida, la sensación sentida, el sentimiento notado, la persona conocida y el amor superado. No nos neguemos, no nos cerremos tanto en nuestro interior y veamos sólo lo malo, no nos callemos las cosas si están pasando, no pensemos en las cosas malas de los demás y aprendamos de las virtudes dela gente externa, de tus compañeros de cada día, de tus amigos, porque para eso están, para aceptarles tal y como son, porque siempre habrá problemas y siempre estarán ahí, al igual que tú siempre te encontrarás problemas a la vuelta de cada esquina recorrida.


Aprendamos más a escuchar nuestro interior, a ser más pacientes y menos egoístas y divirtámonos como los niños que una vez fuimos para reír como los niños que queramos ser de mayores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario