domingo, 20 de mayo de 2012

Dos caras....tiene la vida.

Hoy, sin duda alguna, he sabido ver lo que tantas veces he dicho, por las que tantas veces he protestado.
La gente tiene dos caras y nunca mostrarán su cara más oculta a no ser que confíen en ti o estén en un punto muy duro de su vida.
Hoy he podido comprobar cómo, una persona que para mí es como un muro de piedra, cómo una persona que sin duda alguna, podría con el problema más duro del mundo, se derrumbaba y parecía ser una persona más. Cómo una persona que, conociéndola de toda la vida, sabiendo cómo actúa, cómo se comporta, hoy me he dado cuenta de que en realidad, no sabía nada de él. 


"Nunca juzguemos a una persona por su apariencia", digo, "nunca jamás, juzguemos a una persona sin al menos, haber hablado cinco minutos con ella", aseguro, porque detrás de una cara, se esconde otra totalmente diferente a la que aparenta, a la que podría ser.


No he llegado ni a imaginar lo que debe de estar pasando por su cabeza y sin embargo, he llegado a sentir su dolor, sus llantos y todo lo que había debajo de su piel con una charla profunda de quince minutos, he llegado a comprender, a conocer a una persona sólo escuchándola durante unos cuantos minutos, porque me importa, porque sé quién es y sabía desde un principio que había algo más ahí debajo que un buen corazón.


Sé que no mucha gente leerá esto, sé que no lo leerá la gente adecuada, como tampoco llegará a una gran parte del mundo, pero al menos me libera, me desahoga y hace que, al menos, la gente que lo lea, haga  que piense un poco más en las cosas cuando las vaya a hacer en un futuro.


Ni una sola persona actuará de primeras como realmente es, porque todos somos como las cebollas, nos tapamos por capas, por capas que a medida que nos conocen, destapamos poco a poco hasta que llegan a la última. Sin duda, dependiendo de la persona, se tardará más o menos, como también otro tendrá más que otro, pero sin paciencia, no se llega a ningún sitio.


Hoy sin duda, he conocido las dos caras de una misma moneda, de una moneda que aparentemente, parecía ser un pilar, el pilar maestro de una obra de arquitectura maestra, pero sin duda, hasta el más valiente de todos los super héroes, siente miedo, siente pavor y respeto por el enemigo o la batalla.


Sin duda, no acabas de conocer a una persona hasta que no se muestran sus lágrimas cayendo por sus mejillas.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Felicidad...

Buscamos la felicidad con ansia, con entusiasmo y ahínco, siempre adelante en la búsqueda, sin mirar atrás, sin darnos cuenta de lo que tenemos al lado, de lo que nos esperará en la llegada ni tampoco sabemos si realmente estará allí, en la meta, en la llegada, nuestra auténtica felicidad. Sólo sabemos mirar adelante, seguir adelante, impacientes, impasibles, con la mirada ciega en esa única cosa que deseamos y tanto ansiamos.


No paramos ni un minuto en la vida a relajarnos, no tenemos tiempo para eso. Llegan los fines de semana y todo está ya planeado, está listo para más viajes, más búsquedas, más situaciones inesperadas y más y más sin mirar a un lado, sin pararse un rato a tomar un respiro.


Cuando estamos en un trabajo o en clase, cuando tenemos una obligación, sólo pensamos que lo que nos haría feliz sería todo lo contrario, una vida tranquila, relajada, sin estrés ni gritos, sin críticas ni gente que te ordene hacer nada, sin molestos papeles u objetos pesados que nos cuestan un riñón y parte del otro pujar por ellos.
Y sin darnos cuenta, se acaba el horario lectivo, el horario del trabajo y seguimos con ese sentimiento de búsqueda errónea, de búsqueda fallida... Por un momento, estaba ahí, estaba esa sensación de felicidad y desahogo, de anti estrés y confort que tanto necesitamos pero, no fue así, se fue, desapareció.


Seguimos viviendo, sea como sea, nuestra vida, sin pararnos, sin darnos cuenta de nada de nuestro al rededor. No queremos saber nada de nadie que no sean cercanos a nosotros, no queremos nada que no sea algo productivo y beneficioso para nosotros.
Quizá es que yo, viva en un mundo un tanto.... "de color de rosa", aunque puedo admitir que me va bien, después de todo lo que he pasado, para algunos mucho, para otros nada, para otra gente sólo seré un niño malcriado que no sabe nada de la vida, pero como digo, puedo admitir que sigo adelante, sea como sea y me depare lo que me depare, sigo adelante, porque sé que veo la felicidad en lo que hago, en lo que siento. 
Sé que pase lo que pase, tendré un sentimiento natural en mí que hará que todo sea más fácil y llevadero porque en un tiempo, amargo y bastante desagradable, empecé a mirar un tanto más, no en mí, sino, en mi interior.


Empecé a observar que tal vez, sólo tal vez, si fuera capaz de cambiar un poco mis puntos de vista, mis observaciones y pensamientos, pudiera llegar a ser diferente como persona y también llegaría a cambiar esa sensación de inutilidad y tristeza que tanto me comía por dentro.


Llegué a notar cómo un día, fuera como fuera y me deparara lo que me deparara, no hacía sólo que desanimarme el hecho de levantarme de la cama, no tenía ninguna razón de seguir, no sentía ninguna motivación de ningún tipo y creo que ESO es lo que le pasa a esta sociedad.
Se están repitiendo en una rutina ya pegada a ellos mismos y sólo el hecho de salir de esa rutina, de esa "dominación" de sus vidas que tienen, ya hacen sentirse muy desorientados y débiles, sienten miedo, miedo a perder la "vida" que a mi parecer, no tienen.


Todos buscamos la felicidad, todos anhelamos una sensación de protección, amabilidad, alegría, cariño y amor, todo unido en uno que hace, que sólo el hecho de pensar en ello, nos desanime aún más y darnos cuenta que en realidad, no tenemos nada de lo que creíamos tener en el pasado.


Tenemos los ojos tapados, creo yo, porque sin duda, si a alguien le gusta algo, no lo hace porque no quiere, por muchos problemas que tenga, por poco tiempo libre que uno tenga, creo que uno puede establecer unas marcas en su vida que harían que cambiara su estado de ánimo y con ello, un estado de felicidad y bienestar que haría que siguiera adelante uno mismo, pasara lo que pasara...


¿Por qué entristecerse?¿Por qué admitir que estamos perdidos o derrumbados?¿Por qué admitir que sólo somos mulos de carga y trabajar por unos míseros euros?¿Es que tan sumisos somos?


Hemos encontrado la cura a millones de enfermedades, pero jamás nos hemos parado a pensar en que realidad, la felicidad está al alcance de nuestras manos, al alcance de nuestros corazones. No tienes que mirar muy arriba, ni tampoco muy lejos, sólo tienes que mirar un espejo, mirarte a ti mismo, mirar tu cara.


Podemos conseguir todo lo que nos propongamos, porque lo que cuenta es la fuerza de voluntad, las ganas que tengamos de conseguirlo y saber apreciar todo lo que conseguimos, sea bueno o malo, sobre todo lo malo. Necesitamos saber aprender de nuestros errores, de nuestros fallos y saber por qué hemos fallado, saber que necesitemos lo que necesitemos, y estemos como estemos, podremos seguir adelante porque sólo son rachas. El tiempo no esperará por nadie, sea lo rico que sea o de la clase social que sea.


Así que, ¿por qué esperar a que la felicidad venga a ti?¿Por qué no miras más adentro y disfrutar bien de ti mismo? De tus gustos, de lo que amas y de lo que realmente te hace feliz...
Una vuelta por el parque con tus hijos o amigos, un viaje a un sitio exótico a un país extraordinario, una cena romántica con tu pareja a la luz de las velas y una botella de vino con unas fresas con nata o salir a experimentar lo que se siente al hacer puenting....


Nos encerramos demasiado en un mundo en el que no nos deparamos a mirar más allá de lo malo, nos enseñan demasiado a tener un estado de ánimo pésimo y muy malo, pagamos psicólogos para que nos animen, llamamos a videntes para que nos lean el futuro...


Todo está al alcance de nuestras manos...Párate, disfruta de cinco minutos de calma y admite que necesitas un pequeño cambio. No es realismo lo que se ve, sólo son las cosas malas que tiene la vida y ni nos damos cuenta de que al lado de esas cosas malas, hay otras cosas mejores y buenas. Sólo estará en ti decidir si quieres seguir viendo lo malo o ver realmente, lo bueno que hay en la vida.


Toda la felicidad estará al alcance de tu mano en cualquier momento, sólo tienes que proponerte conseguirla o no conseguirla, pase lo que pase, siempre estará en tu corazón, porque como digo, la felicidad, no hay que buscarla, hay que sacar la felicidad de dentro del corazón...

domingo, 6 de mayo de 2012

Ojalá.

La gente viene y va, evoluciona y modifica, cambia de puntos de vista, de pensamientos, de objetivos y se transforma, la gente va y viene y a su vez, las personas de su alrededor, no sólo cambian, también cambian a los demás.


Sólo hay que fijarse un poco, sentarse y observar a los demás, pararse unos días, tomarse una pequeña pausa de un fin de semana y ver a tu alrededor, ver qué está pasando a tu lado, a tu gente y qué es lo que ven con sus ojos, preguntar, preocuparse por ellos de la misma forma que ellos se pueden preocupar de ti.


No somos tan diferentes y a la vez, no somos tan parecidos, ninguno es igual y a la vez, somos lo más distintivo que puede haber en el mundo. A unas personas nos mueven unas cosas específicas, y podemos llegar a ser iguales, a otras personas les mueven otras y pueden ser iguales, pero a su vez, cuanto más nos conocemos, cuanto más los conocemos, más vemos que no somos ni son tan parecidos, porque al fin y al cabo, tendremos o tendrán el mismo sueño, pero en diferente medida.


Hace unos días, debatía con dos amigas sobre las ventajas, defectos y derechos de la mujer, del trabajador y del estudiante, debatíamos sobre los problemas políticos que hay ahora en España y sobre cómo lo vemos cada uno de nosotros. 
Ellas, en parte, estaban de acuerdo con lo que yo pensaba, en otra, no. Porque yo no veo futuro en protestar por algo en que YO no tengo, no veo futuro en protestar por un trabajo que no tengo, por unos derechos que no tengo. Unas personas opinarán igual, o no, otras personas lo verán de otra forma, yo, ante todo, respetaré sus opiniones.
El día de mañana, en cuanto consiga un trabajo, me recorten el salario sin razón alguna y vea que todo está yendo de mal en peor y tenga la oportunidad de protestar, lo haré, con unas razones, con fundamentos, pero ahora, no veo ni la razón ni la oportunidad de ir a protestar por algo que no tengo, sea como sea la causa.


El caso es, porque me voy por las ramas, que hablásemos de lo que hablásemos y quedáramos como quedáramos, ese día, disfruté, tuviera o no razón o tuvieran ellas razón o no, porque debatimos, cambiamos puntos de opinión y hablamos de todo lo referente a la vida cotidiana y de nuestros puntos de vista mientras seguimos viviendo.


Está claro que, dependiendo de las experiencias, uno le hacen cambiar de distinta manera, sea cual sea, por la razón que sea. Y todo esto, creo yo, es por la forma en que nos solemos tomar las cosas, porque en el instituto, te preparan para un trabajo, para desarrollarte y desenvolverte con cuentas matemáticas, frases morfológicas, filosofía, história humana o de los años "X", pero a lo que no te enseñan es a vivir. Y creo que es ahí, donde la educación falla un poco, porque no saben cómo van a ser los jefes del futuro, no saben cómo tomarse la primera negación o el primer despido del trabajo o el primer contacto con un ladrillo.
No nos enseñan a tomarnos las cosas con calma, con sabiduría o paciencia, no nos enseñan a ver las cosas con moderación o simpatía. Desde un primer momento nos estresan con múltiples trabajos, sean cuentas, sean diferentes tipos de história o filosofías, sin embargo, depende de cada persona el cómo tomarselo.


La sociedad está planteada y la sociedad hace que un simple día, aunque no tengas amigos, aunque tu familia no te llame, aunque seas tú, tu propio jefe, la sociedad hace que un sólo día sin batería en el móvil, sea un auténtico suplicio.


Llegamos a casa agotados, reventados, exhaustos y todo por aguantar a un jefe, a unos tíos detrás de la barra o a un tío que te dice cómo debes conducir. Nos enseñan a estar estresados, pero no a cómo relajarnos.


Por eso, ojalá nunca me falten charlas con personas, ojalá nunca me falten esos fin de semanas perdido en un pueblo vete tú a saber dónde con mis mejores amigos practicando lo que más amo, ojalá nunca me falte esas noches de Verano de luna llena asomado a la ventana mirando al cielo, con esas estrellas brillando sin parar y sin darme cuenta, ver cómo amanece y quedarme dormido contemplando un nuevo día.


Sin duda, no nos enseñan a vivir, tampoco a relajarnos, ni a tomarnos las cosas con paciencia, meditación y relajación, pero si uno quiere, si uno realmente está dispuesto, conseguirá todo lo que se proponga sin dudarlo, luchará por ello hasta el final y si lo desea con toda su alma, EL UNIVERSO CONSPIRARÁ PARA QUE LO CONSIGAS.