Consiguen que, tan pronto estés de buen humor, pasar a estar lo más irritado y malhumorado posible porque no te gustan esas palabras que estás oyendo o leyendo.
Consiguen que, tan pronto estés triste y con pena, pasar a un estado de euforia y alegría máxima por nada, por lo que oyes o lees...
Creemos que la felicidad es algo material, esperando a que llegará un día y sin darnos cuenta de que la tenemos al alcance día tras día, de que podemos ser felices, no en su inmensidad, pero sí lo suficiente como para disfrutar del día y observar que no ha sido un día más o un día perdido...
Nos obcecamos en pensar que la felicidad está en su totalidad en algo material, como puede ser el dinero, o en una persona, sin mirar a nuestro lado, sin mirar en nosotros mismos, sin abrirnos de mente para comprobar que en realidad, no debemos liar tanto la madeja para descubrir que no está en otros, sino, en nosotros mismos y que no es tan necesario la compañía de otra persona a nuestro lado.
Sí que es verdad que nos ayuda a ser más felices, a reír a carcajadas el tener una amistad, pareja o compañía que haga que nuestro cerebro se active ante la sociedad y la comunidad, ante las personas de afuera y también las de nuestro entorno.
Pero aún nos alegra más saber que una persona, sin apenas hablar, sepa ya lo que nos ocurre, lo que nos aflige y corroe por dentro, lo que nos carcome sin saber cómo solucionarlo y sobre todo, el sentirnos amados... Queridos...
Le damos demasiada importancia al amor y a la vez, demasiada poca importancia...
Le damos demasiada porque queremos que nuestra relación sea larga y duradera y a la vez fácil y sin problemas, sin saber que es ahí, en las soluciones de los problemas, en la confianza con nuestra pareja, en donde aprendemos a ser más fuertes y a convivir con nosotros mismos...
Le damos demasiada poca importancia porque vemos que no es tan fácil como imaginábamos y no nos molestamos en preocuparnos más que en nosotros mismos cuando hay un problema o alguien está mal en la relación, no observamos que algo va mal hasta que ya es demasiado tarde...
Es fácil tener una relación, dentro de lo que cabe, cuando las dos personas se pueden ver cada día, o en tal caso, cada dos días, como tarde. Es fácil tener una relación, dentro de lo que cabe, cuando dos personas pueden transmitirse lo que piensan, sienten y quieren cuando con una llamada de 10 segundos les sirve para quedar en un sitio concreto de la ciudad.
El problema, a mi parecer, son las relaciones a distancia, dado que tienen más pros que contras, siempre y cuando, vuelvo a repetir, a mi parecer...
Está el tema de la distancia respecto a la relación, dado que unas personas que se aman, sienten la gran afinidad de intercambiar el sentimiento de amor o de querer con las caricias, con el romanticismo, con los detalles que sólo cara a cara puedes llegar a observar y demostrar al mismo tiempo.
Otro gran dilema y que, por el cual, la gran mayoría de la gente no admite una relación a distancia, es el no saber con quién anda tu pareja todos los días...
Realmente, yo lo veo así, y creo que es por eso por lo que tengo tanta confianza en mis parejas, y es que, ¿para qué va a querer estar con otras personas, si te tiene a ti?¿Para qué va a estar con otras personas, si te quiere a ti, te tiene a ti a su entera disposición?¿Para qué se va a fijar en otras personas pudiendo aceptar o pedir sin recibir ninguna mala contestación sobre ti?Te eligió a ti, pudiendo elegir a otra persona, entonces, ¿por qué preocuparse de que te la pega con esta persona o aquella de más allá?
En una relación a distancia, es ese el mayor de los problemas, la falta de confianza... No es tan difícil, sólo hay que pensar un poco. Aceptaste tener una relación con una persona a distancia sabiendo los problemas que podría haber, que habría en medio y que, por mucho que te duela, tendrás que aceptar o luchar porque no sea así.
Sin duda, lo que más falla en las relaciones, sea a distancia o sea en la misma ciudad, a mi parecer, es la falta de CONFIANZA en la otra persona, el miedo al RECHAZO de la otra persona. No pensamos en que es en la persona en quien más tenemos que confiar, en la persona en quien más debemos apoyarnos, porque será la única que nos comprenderá y nos ayudará hasta el final...
El caso es:
-¿ESTAMOS PREPARADOS PARA DECIR TODO LO QUE PENSAMOS?-
-¿ESTAMOS DISPUESTOS A DECIR TODO LO QUE NOS OCURRE?-
-¿CONFIAMOS LO SUFICIENTE COMO PARA CONTAR TODOS NUESTROS PROBLEMAS?-
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