miércoles, 16 de mayo de 2012

Felicidad...

Buscamos la felicidad con ansia, con entusiasmo y ahínco, siempre adelante en la búsqueda, sin mirar atrás, sin darnos cuenta de lo que tenemos al lado, de lo que nos esperará en la llegada ni tampoco sabemos si realmente estará allí, en la meta, en la llegada, nuestra auténtica felicidad. Sólo sabemos mirar adelante, seguir adelante, impacientes, impasibles, con la mirada ciega en esa única cosa que deseamos y tanto ansiamos.


No paramos ni un minuto en la vida a relajarnos, no tenemos tiempo para eso. Llegan los fines de semana y todo está ya planeado, está listo para más viajes, más búsquedas, más situaciones inesperadas y más y más sin mirar a un lado, sin pararse un rato a tomar un respiro.


Cuando estamos en un trabajo o en clase, cuando tenemos una obligación, sólo pensamos que lo que nos haría feliz sería todo lo contrario, una vida tranquila, relajada, sin estrés ni gritos, sin críticas ni gente que te ordene hacer nada, sin molestos papeles u objetos pesados que nos cuestan un riñón y parte del otro pujar por ellos.
Y sin darnos cuenta, se acaba el horario lectivo, el horario del trabajo y seguimos con ese sentimiento de búsqueda errónea, de búsqueda fallida... Por un momento, estaba ahí, estaba esa sensación de felicidad y desahogo, de anti estrés y confort que tanto necesitamos pero, no fue así, se fue, desapareció.


Seguimos viviendo, sea como sea, nuestra vida, sin pararnos, sin darnos cuenta de nada de nuestro al rededor. No queremos saber nada de nadie que no sean cercanos a nosotros, no queremos nada que no sea algo productivo y beneficioso para nosotros.
Quizá es que yo, viva en un mundo un tanto.... "de color de rosa", aunque puedo admitir que me va bien, después de todo lo que he pasado, para algunos mucho, para otros nada, para otra gente sólo seré un niño malcriado que no sabe nada de la vida, pero como digo, puedo admitir que sigo adelante, sea como sea y me depare lo que me depare, sigo adelante, porque sé que veo la felicidad en lo que hago, en lo que siento. 
Sé que pase lo que pase, tendré un sentimiento natural en mí que hará que todo sea más fácil y llevadero porque en un tiempo, amargo y bastante desagradable, empecé a mirar un tanto más, no en mí, sino, en mi interior.


Empecé a observar que tal vez, sólo tal vez, si fuera capaz de cambiar un poco mis puntos de vista, mis observaciones y pensamientos, pudiera llegar a ser diferente como persona y también llegaría a cambiar esa sensación de inutilidad y tristeza que tanto me comía por dentro.


Llegué a notar cómo un día, fuera como fuera y me deparara lo que me deparara, no hacía sólo que desanimarme el hecho de levantarme de la cama, no tenía ninguna razón de seguir, no sentía ninguna motivación de ningún tipo y creo que ESO es lo que le pasa a esta sociedad.
Se están repitiendo en una rutina ya pegada a ellos mismos y sólo el hecho de salir de esa rutina, de esa "dominación" de sus vidas que tienen, ya hacen sentirse muy desorientados y débiles, sienten miedo, miedo a perder la "vida" que a mi parecer, no tienen.


Todos buscamos la felicidad, todos anhelamos una sensación de protección, amabilidad, alegría, cariño y amor, todo unido en uno que hace, que sólo el hecho de pensar en ello, nos desanime aún más y darnos cuenta que en realidad, no tenemos nada de lo que creíamos tener en el pasado.


Tenemos los ojos tapados, creo yo, porque sin duda, si a alguien le gusta algo, no lo hace porque no quiere, por muchos problemas que tenga, por poco tiempo libre que uno tenga, creo que uno puede establecer unas marcas en su vida que harían que cambiara su estado de ánimo y con ello, un estado de felicidad y bienestar que haría que siguiera adelante uno mismo, pasara lo que pasara...


¿Por qué entristecerse?¿Por qué admitir que estamos perdidos o derrumbados?¿Por qué admitir que sólo somos mulos de carga y trabajar por unos míseros euros?¿Es que tan sumisos somos?


Hemos encontrado la cura a millones de enfermedades, pero jamás nos hemos parado a pensar en que realidad, la felicidad está al alcance de nuestras manos, al alcance de nuestros corazones. No tienes que mirar muy arriba, ni tampoco muy lejos, sólo tienes que mirar un espejo, mirarte a ti mismo, mirar tu cara.


Podemos conseguir todo lo que nos propongamos, porque lo que cuenta es la fuerza de voluntad, las ganas que tengamos de conseguirlo y saber apreciar todo lo que conseguimos, sea bueno o malo, sobre todo lo malo. Necesitamos saber aprender de nuestros errores, de nuestros fallos y saber por qué hemos fallado, saber que necesitemos lo que necesitemos, y estemos como estemos, podremos seguir adelante porque sólo son rachas. El tiempo no esperará por nadie, sea lo rico que sea o de la clase social que sea.


Así que, ¿por qué esperar a que la felicidad venga a ti?¿Por qué no miras más adentro y disfrutar bien de ti mismo? De tus gustos, de lo que amas y de lo que realmente te hace feliz...
Una vuelta por el parque con tus hijos o amigos, un viaje a un sitio exótico a un país extraordinario, una cena romántica con tu pareja a la luz de las velas y una botella de vino con unas fresas con nata o salir a experimentar lo que se siente al hacer puenting....


Nos encerramos demasiado en un mundo en el que no nos deparamos a mirar más allá de lo malo, nos enseñan demasiado a tener un estado de ánimo pésimo y muy malo, pagamos psicólogos para que nos animen, llamamos a videntes para que nos lean el futuro...


Todo está al alcance de nuestras manos...Párate, disfruta de cinco minutos de calma y admite que necesitas un pequeño cambio. No es realismo lo que se ve, sólo son las cosas malas que tiene la vida y ni nos damos cuenta de que al lado de esas cosas malas, hay otras cosas mejores y buenas. Sólo estará en ti decidir si quieres seguir viendo lo malo o ver realmente, lo bueno que hay en la vida.


Toda la felicidad estará al alcance de tu mano en cualquier momento, sólo tienes que proponerte conseguirla o no conseguirla, pase lo que pase, siempre estará en tu corazón, porque como digo, la felicidad, no hay que buscarla, hay que sacar la felicidad de dentro del corazón...

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