domingo, 6 de mayo de 2012

Ojalá.

La gente viene y va, evoluciona y modifica, cambia de puntos de vista, de pensamientos, de objetivos y se transforma, la gente va y viene y a su vez, las personas de su alrededor, no sólo cambian, también cambian a los demás.


Sólo hay que fijarse un poco, sentarse y observar a los demás, pararse unos días, tomarse una pequeña pausa de un fin de semana y ver a tu alrededor, ver qué está pasando a tu lado, a tu gente y qué es lo que ven con sus ojos, preguntar, preocuparse por ellos de la misma forma que ellos se pueden preocupar de ti.


No somos tan diferentes y a la vez, no somos tan parecidos, ninguno es igual y a la vez, somos lo más distintivo que puede haber en el mundo. A unas personas nos mueven unas cosas específicas, y podemos llegar a ser iguales, a otras personas les mueven otras y pueden ser iguales, pero a su vez, cuanto más nos conocemos, cuanto más los conocemos, más vemos que no somos ni son tan parecidos, porque al fin y al cabo, tendremos o tendrán el mismo sueño, pero en diferente medida.


Hace unos días, debatía con dos amigas sobre las ventajas, defectos y derechos de la mujer, del trabajador y del estudiante, debatíamos sobre los problemas políticos que hay ahora en España y sobre cómo lo vemos cada uno de nosotros. 
Ellas, en parte, estaban de acuerdo con lo que yo pensaba, en otra, no. Porque yo no veo futuro en protestar por algo en que YO no tengo, no veo futuro en protestar por un trabajo que no tengo, por unos derechos que no tengo. Unas personas opinarán igual, o no, otras personas lo verán de otra forma, yo, ante todo, respetaré sus opiniones.
El día de mañana, en cuanto consiga un trabajo, me recorten el salario sin razón alguna y vea que todo está yendo de mal en peor y tenga la oportunidad de protestar, lo haré, con unas razones, con fundamentos, pero ahora, no veo ni la razón ni la oportunidad de ir a protestar por algo que no tengo, sea como sea la causa.


El caso es, porque me voy por las ramas, que hablásemos de lo que hablásemos y quedáramos como quedáramos, ese día, disfruté, tuviera o no razón o tuvieran ellas razón o no, porque debatimos, cambiamos puntos de opinión y hablamos de todo lo referente a la vida cotidiana y de nuestros puntos de vista mientras seguimos viviendo.


Está claro que, dependiendo de las experiencias, uno le hacen cambiar de distinta manera, sea cual sea, por la razón que sea. Y todo esto, creo yo, es por la forma en que nos solemos tomar las cosas, porque en el instituto, te preparan para un trabajo, para desarrollarte y desenvolverte con cuentas matemáticas, frases morfológicas, filosofía, história humana o de los años "X", pero a lo que no te enseñan es a vivir. Y creo que es ahí, donde la educación falla un poco, porque no saben cómo van a ser los jefes del futuro, no saben cómo tomarse la primera negación o el primer despido del trabajo o el primer contacto con un ladrillo.
No nos enseñan a tomarnos las cosas con calma, con sabiduría o paciencia, no nos enseñan a ver las cosas con moderación o simpatía. Desde un primer momento nos estresan con múltiples trabajos, sean cuentas, sean diferentes tipos de história o filosofías, sin embargo, depende de cada persona el cómo tomarselo.


La sociedad está planteada y la sociedad hace que un simple día, aunque no tengas amigos, aunque tu familia no te llame, aunque seas tú, tu propio jefe, la sociedad hace que un sólo día sin batería en el móvil, sea un auténtico suplicio.


Llegamos a casa agotados, reventados, exhaustos y todo por aguantar a un jefe, a unos tíos detrás de la barra o a un tío que te dice cómo debes conducir. Nos enseñan a estar estresados, pero no a cómo relajarnos.


Por eso, ojalá nunca me falten charlas con personas, ojalá nunca me falten esos fin de semanas perdido en un pueblo vete tú a saber dónde con mis mejores amigos practicando lo que más amo, ojalá nunca me falte esas noches de Verano de luna llena asomado a la ventana mirando al cielo, con esas estrellas brillando sin parar y sin darme cuenta, ver cómo amanece y quedarme dormido contemplando un nuevo día.


Sin duda, no nos enseñan a vivir, tampoco a relajarnos, ni a tomarnos las cosas con paciencia, meditación y relajación, pero si uno quiere, si uno realmente está dispuesto, conseguirá todo lo que se proponga sin dudarlo, luchará por ello hasta el final y si lo desea con toda su alma, EL UNIVERSO CONSPIRARÁ PARA QUE LO CONSIGAS.

1 comentario:

  1. Me encanta cuando desbordas felicidad y esas conclusiones optimistas tuyas.
    Te hacen relajarte y disfrutar un poco más de lo que tienes.
    A fín de cuentas, el mundo no se va a acabar mañana y nunca te va a faltar alguien con quien charlar o la libertad de una noche de verano.

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