lunes, 5 de marzo de 2012

Razona, no te conformes con poco. Lucha.


La razón me dice que siga aguantando, que sea fuerte, que consiga seguir adelante, que me quedan cosas por ver todavía, que no desista en conseguir lo que busco, que no decaiga de donde estoy y que continúe con mis planes.

La razón me anima a seguir adelante, a continuar alentado e infundir decisión y valentía en mí mismo. La razón me dice que continúe, que prosiga con todo lo establecido, que no me deje guiar por lo obvio, por las primeras impresiones, por los primeros pensamientos de mi mente.

Sólo es valorar, comprender e intentar entender lo que tienes, por qué lo tienes y lo que conseguirás tener continuando con buenas razones. No desanimarte por estar todo cuesta arriba, no disuadirte porque no entiendas ciertas cosas y no tener miedo por dolores nunca antes sufridos. Sigue mirando con tu corazón como siempre, lleno de alegría y color, lleno de esperanza y orgullo, con ánimo y, aunque con miedo, control sobre ti mismo y control sobre tus actos, continúa siempre hacia delante, sin derrumbarse, sin nada que te parta la mente en dos.

Tengo miedo, sí, lo admito, pero no sería humano si no sintiera ese sentimiento, dado que de él, si mantenemos la mente clara y los nervios de acero, podemos aprender mucho, conseguir ciertas cosas y llegar a ser más fuertes de mente, corazón y razón. Es natural sentir miedo, pero también es difícil saber actuar cuando lo tienes, cuando lo sientes. 
Intento mantenerme sereno, tranquilo y no pensar en ciertas cosas que rondan mi mente, ciertos disparates que al dejarlos más de unos segundo divagar en mi cabeza, llegan a ser algo más que disparates razonables y locuras algo más que ciertas.

No son días claros para mí, tampoco son días buenos, pero no digo tampoco que sean días malos, ni días oscuros, aunque sí están cerca, no permitiré que mi ventana permanezca cerrada, que mi cabeza quede en un cuarto mientras mi corazón rebosante de fuerza, lucha por salir a defender su amor, su deseo, sus emociones.

Está claro que estoy cambiando, que ya no soy el chico que una vez empezó a escribir por probar algo nuevo, algo inédito, algo interesante. Ya no soy el chico de mente abierta que era capaz de observar un sentimiento, estado o penuria en los ojos de alguien, ya no soy el que con dos palabras hacía tocar de felicidad el techo del cielo de una persona.

Cambio sin querer y sin querer, quiero volver a ser el de una época en que los problemas que tenía, sólo eran muy duros para mí, porque yo los veía así.

La razón, la razón me sigue diciendo, ahora y siempre, que no deje de luchar, de vivir, de observar, de aprender y de reír, que no deje nada ni nadie de lado, que no vea más allá de mí y que no sólo me fije en mi persona. Lucha, por todo lo que quieres y por todo lo que necesites, sin ser egoísta, pero sin conformarte con poco.

Ríe, la felicidad está muy sobre valorada en estos tiempos, y es un bien difícil de conseguir, de mantener y fácil de perder, como fácil es también echarlo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario